Seguir una dieta sin gluten es el único tratamiento eficaz para la enfermedad celíaca. Paradójicamente, el gluten está presente en cantidades mínimas en nuestra dieta diaria incluso tomando muchas precauciones. Casi la mitad de los pacientes presentan daño intestinal después de un año de haber iniciado una dieta estricta sin gluten por motivos voluntarios e involuntarios. A modo de ejemplo, hace unos días una conocida bloguera celíaca nos decía que sólo haber entrada en una cafetería, sin tomar nada, algo le había sentado mal por el propio ambiente.

Hasta este momento los instrumentos utilizados eran los test dietéticos, test serológicos y endoscopias. Los inconvenientes que estos métodos presentan son: 1) los test dietéticos pueden ser muy subjetivos; 2) los test serológicos son muy sensibles y específicos, pero no predicen la recuperación ni tampoco no adecuados para el seguimiento; y 3) las endoscopias son muy invasivas y no resultan prácticas para hacer un seguimiento continuo. En consecuencia, todos estos métodos son poco precisos para identificar exposiciones ocasionales al gluten que pueden dañar la mucosa intestinal.

El nuevo test consiste en unas tiras, similares al test de embarazo, que mediante colores informan de la presencia de gluten en las heces y en la orina.  Técnicamente, el test se basa en el estudio de unos marcadores denominados péptidos inmunogénicos del gluten (GIP) que se eliminan en las heces y la orina entre las 6 y 48 horas de su ingesta.

Este nuevo método ha sido desarrollado por investigadores de la Universidad de Sevilla en cooperación con Instituto Hispalense de Pediatría, el Hospital Universitario Virgen del Rocío y la empresa sevillana Biomedal. El nuevo test permitirá que los pacientes de una forma autónoma, económica y no invasiva puedan conocer si están consumiendo gluten, aún sin quererlo, y prevenir el daño intestinal.