Hoy hace justo un año nos dejaba José María Postigo, conocido como el padre de España ya que había tenido 18 hijos. Sin embargo, al margen de su popularidad por este aspecto vital hoy me gustaría recordar su faceta humana y profesional.

                                                Chema Postigo con su mujer, Rosa Pich

Fuente: Acueducto2.com

Hace un año en el Mobile World Congress  Agustín Argelich, autor y empresario tecnológico del ecosistema barcelonés, la persona que me lo había presentado justo 7 meses atrás, me informaba que Chema estaba hospitalizado y su caso era muy complicado. La noticia me llenó una enorme tristeza y de cierta incredulidad ya que nos habíamos visto en el verano del 2016 y además de ser relativamente joven, 55 años, lo había visto en buen estado de salud.

Tuve la suerte de conocer a Chema una tarde de finales julio de 2016 previamente habíamos intercambiado algunos correos electrónicos a través de Agustín. Recuerdo que esa tarde hacía bastante calor y sin querer me pasé la dirección indicada y me topé casi a la Ronda de Dalt de Barcelona. Cuando al final llegué a la puerta de su domicilio me sugirió que celebrásemos la reunión en la terraza del edificio porque estaríamos más tranquilos y cómodos. Subimos una planta y en la terraza tenía una oficina de trabajo bien acondicionada.  Recuerdo, además, que uno de sus sobrinos fue a por agua y a por un ventilador ya que hacía bastante calor y humedad.  El tiempo propio de Barcelona a finales de julio.

José María me sorprendió muy gratamente cuando me dijo que había invitado a buen amigo suyo asistir a la reunión. Este amigo era nada menos que el vicepresidente mundial de un conocido producto lácteo y además, había estado detrás de numerosas campañas de productos funcionales para diabéticos, entre otros colectivos. Brevemente les expliqué el proyecto de SocialGluten.com, sobre mi propósito, el lanzamiento y los primeros resultados. Una vez concluido mi breve exposición ambos profesionales empezaron a hacer excelentes preguntas sobre aspectos relacionados con la tracción, el modelo de negocio y los clientes. Por mi parte lo único que podía hacer era responder muy vagamente sobre cosas que no había pensado y tomar notas ya que entre ambos estaban haciendo un acertado análisis de los posibles problemas acompañados de propuestas concretas. La sesión fue una verdadera e inolvidable clase maestra (masterclass) de la que todavía guardo notas y buena memoria. Chema Postigo, además de una gran experiencia profesional en el sector de la alimentación, era empresario, consultor y docente de varios másteres sobre el sector cárnico.

Finalizada la reunión me comentó, casualmente, que estaba algo preocupado porque precisamente le habían detectado diabetes en un análisis de sangre y le parecía muy extraño. Al despedirnos, José María me animó que pusiese esas ideas en un plan de negocio y que nos volviéramos a reunir en unos meses. Lamentablemente nuestra nueva reunión nunca se produjo, sin embargo, todavía guardo los comentarios y de hecho seguimos aplicando en el día a día muchas de las enseñanzas y cosas que nos explicó con sencillez, claridad y humildad aquel maestro.

Siempre te estaremos agradecidos, José María, por tu generosidad, bondad, profesionalidad, voluntad de servicio e inspiración! Nuestro más sentido recuerdo hoy y siempre!